Autor: Natsume Soseki
Título: Meian 明暗
Número de edición: Reimpresión 2014
Responsabilidad secundaria: Yoko Ogihara y Fernando Cordobés (traducción del japonés)
Editorial: Impedimenta
Ciudad: Salamanca
Número de páginas: 425 (inacabada)
¿De qué habla “Luz y oscuridad”? ¿Dónde o qué es la luz? ¿Y qué es la oscuridad?
Esta novela inacabada, publicada en 1916, fue la última obra que escribió Natsume Soseki (Edo -actual Tokio-, 1867), el cual es considerado el padre de la novela japonesa moderna.
El Sr. Soseki fue el menor de seis hermanos, descendiente de una familia de samurais venida a menos (sí, ésta es la frase de Wikipedia). La vida del Sr. Soseki estuvo plagada de miseria y sus novelas, de carácter psicológico, se centraron en las dificultades de los individuos y sobretodo en la situación inestable y cambiable de una sociedad japonesa en plena transformación. Dicha transformación transcurrió durante la Era Meiji (1968-1912), una era caracterizada por la modernización y occidentalización de Japón. Donde la sociedad y sus costumbres fueron adoptando y copiando las formalidades occidentales, sin realmente preocuparse de la autenticidad o necesidad de aquello.
Dicha inestabilidad y su crítica se ven reflejadas en la novela de “Luz y oscuridad”. Ésta nos presenta a un matrimonio joven, Tsuda y O-Nobu, como los protagonistas. Tsuda presenta una dolencia que le obliga a permanecer hospitalizado unos días, y es este simple hecho el que pone en marcha la trama.
La novela no se basa en un argumento ágil o en una historia con mucho movimiento, ya que es una novela psicológica y, por lo tanto, se centra en la caracterización interior de los personajes. La novela pone en pausa a la narración para centrarse en la descripción de los estados de ánimo, las pasiones y los conflictos de sus personajes, igual que leemos en novelas como “Crimen y castigo” (Dostoievski, 1866) o incluso en “Don Quijote de la mancha” (Cervantes, 1605)
Es por eso, que “Luz y oscuridad” tiene como pilar el individuo y por ende el individualismo. Este tema fue ya desarrollado por Soseki en uno de sus ensayos más conocidos “Mi individualismo” de 1914, donde expone que todas las personas tienen que hallar una situación en el mundo en la que se sientan a gusto sin necesidad de dependencia de las opiniones externas:
"Uno debe ir a buscar hasta hincar una piqueta en la mina. Digo que debe porque, si no encuentra esa mina, esa persona vivirá frustrada de por vida y siempre tendrá que moverse en los vaivenes de la sociedad"
“Mi individualidad”, Natsume Soseki (1914)
Esta reflexión la vemos reflejada en “Luz y oscuridad”. Vemos a Tsuda, un hombre de una familia de clase social considerable que vive atrapado en “aparentar” delante de aquellos que le rodean. Eso lo leemos cuando pide dinero a sus padres para seguir con su estilo de vida o cuando invita a Kobayashi a un restaurante “francés de categoría”. Es, en esa misma escena, donde Kobayashi hace gala de la crudeza de su sinceridad, y donde queda patente que este personaje es todo lo contrario al protagonista. Mientras que Tsuda busca aparentar, Kobayashi ha admitido que él ha caído lo más bajo en la sociedad, y que ya no necesita de las opiniones externas.
"Piénsalo un momento". En ese sentido, ¿quién de los dos se siente atrapado y quién libre? ¿Quién es más feliz y quién está más constreñido? ¿Quién está en paz y quién trastornado? A mi modo de ver, siempre pareces avergonzado de algo, siempre estás inquieto, nervioso, tratando de evitar lo que te desagrada, arrastrándote tras las cosas que te gustan. ¿Por qué? Para mí la respuesta es muy simple. Porque disfrutas de tanta libertad que no sabes que hacer con ella; porque tienes margen suficiente para ser una persona excéntrica y porque, al contrario que yo, no has tocado ese fondo donde no te queda más remedio que aceptarlo todo y permitir que la gente haga contigo lo que le plazca.”
Kobayashi a Tsuda en el restaurante francés.
Aún así, Kobayashi no es tampoco feliz. Él ha caído lo mas bajo de la sociedad, y tiene que emigrar de Japón al no ser capaz de encontrar su lugar allí. Al ser de clase baja, es despreciado por aquellos que le rodean, sintiendo vergüenza de él.
“No hay lugar para mí en este mundo”
Kobayashi a Tsuda.
Esta lucha entre el individuo y la sociedad que lo rodea o, como escribió Kenzaburo Oe sobre Soseki y su “necesidad de vivir manteniendo un constante principio de autonomía, aún a riesgo de caer en el egoísmo”, nos lleva de cabeza a la oscuridad y a pensar en dónde quedan los sentimientos positivos de unidad, fraternidad o incluso de amor. En donde queda la luz.
Desde mi punto de vista, el “Luz y oscuridad” del título hace referencia a la dualidad que hay en los individuos. Evidentemente los sentimientos positivos como la determinación o como el amor, marcan a personajes como Kobayashi o O-Nobu con signos positivos; sin embargo, estos signos pueden cambiar su polaridad a negativos cuando otros sentimientos como la derrota o la duda aparecen. Los personajes de la novela van fluctuando del cuadrante positivo al negativo a medida que se van desarrollando las conversaciones. Y eso es, claramente, inherente a cualquier ser humano, ya que todo y tener cosas buenas y luminosas, siempre se acaba mintiendo o cayendo en aquello oscuro:
"Estaba convencido de que tenia que mentir para vivir. Nunca hasta ese instante se había dado cuenta de que vivía de acuerdo con una filosofía de vida bastante oscura. Simplemente, lo hacía, pero cuanto más pensaba en ello, más siniestra le parecía su existencia"
Amor y falsedad"
Reflexión de Tsuda durante su estada en el hospital.
Y no solo se refleja la “luz y la oscuridad” en las personalidades, sino también en los sentimientos que derivan de las acciones. Esto se ve perfectamente durante la conversación o discusión del matrimonio Tsuda-Nobu cuando Tsuda le explica el porqué de su viaje al onsen. Por un lado tenemos a Tsuda, el cual gana la confrontación, y expresa la dualidad de sus sentimientos:
“El resultado estaba claro: la había engañado y eso provocaba que se compadeciese de ella más que nunca”.
Tsuda durante la conversación con O-Nobu.
Y del otro lado la contradicción resultante en O-Nobu, que Soseki nos aclara aquí:
“Quería demostrarle quién era en realidad si no la amaba tal y como ella quería. Su terquedad le provocaba una tensión constante, una tensión que terminaría por ceder en algún punto y destruiría su orgullo. Lamentablemente, no dejó de presionar sin apercibirse de semejante contradicción.
O-Nobu durante la conversación con Tsuda
Finalmente, si hablamos de escenarios, la novela transcurre en una ciudad en proceso de modernización. Como Tsuda y O-Nobu pertenecen a la clase alta los vemos moviéndose en rickshaw (vehículo a dos ruedas desplazado por tracción humana) o tranvía, ir a un centro médico o incluso al teatro. Además, la ciudad tiene restaurantes occidentales (como el restaurante francés) demostrando ya la influencia de dicha cultura. Sin embargo, casi al final de la novela, vemos un cambio de escenario un tanto drástico. Cuando Tsuda decide ir al onsen, hay un punto donde la escena se vuelve fantasmagórica y con cierto toque mágico.
“Hasta ahora todo me ha parecido un sueño. Lo que suceda partir de este entonces también lo será”.
Tsuda a su llegada al pueblo donde se encuentra el onsen.
El cambio de escenario, el que Tsuda se reencuentre con Kiyoko, la cual creemos que es la persona que él realmente amaba, nos abre la puerta a un sin fin de preguntas que no van a encontrar respuesta; ya que en este momento concluye la obra.
¿Irá O-Nobu al onsen para traer de vuelta a Tsuda? ¿Caerá Tsuda en la oscuridad junto a Kiyoko? ¿Encontrará Tsuda la luz ahora que está en el crepúsculo?
Kenzaburo Oe en su reflexión de la novela escribe que:
“La imaginación no sirve si muere con la inercia. No vislumbrar el fin, dejarlo abierto, es uno de los logros de una buena novela: ahí radican el verdadero sentimiento y el poder de los auténticos escritores”.
Kenzaburo Oe – La estructura de Luz y Oscuridad.
“Luz y oscuridad” es una novela que hay que leer varias veces. La complejidad y el simbolismo que presenta no se puede entender de una sola leída, y sobretodo cuando aun no eres consciente de lo que viene a decir. Cuando ya lo has leído una vez, a la segunda te das cuenta de que no lo entendiste del todo. Y cada vez alimentas más tu imaginación para, cuando llegas al final inacabado, ser capaz de seguir moviendo la historia, incluso ante la ausencia de su narrador. Y es en aquel momento donde deseas que el jamás escrito final sea más luz que oscuridad.
"Hagas lo que hagas, todo depende de ti, es tu libre decisión. La libertad siempre es positiva, pero jamás arreglará nada por sí misma. Por eso produce tanta insatisfacción"
Reflexión de Tsuda en la bañera del onsen.
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